domingo, 13 de mayo de 2012


VII
Samantha:
Entré al despacho, vi a mis padres, con expresión estricta y seria en sus caras y a mi tía sentada en un sillón llorando, me quedé
en Shock parada frente a ellos.
-Sami, ya hablamos  con tus padres....Sería bueno que les expliques tu que es lo que quieres.
-Samantha!! No te podrás quedar de una vez te lo anuncio- Dijo mi padre.
-Por qué no? yo he vivido toda mi vida aquí!! Aquí crecí!! No me quiero separar de mis tíos!! Yo no me voy!!
-Somos tus padres y de ahora en adelante nos obedecerás!.-Impuso Camila.
-No!! Ustedes no tienen derecho!! Ellos son mis únicos padres.-Afirmé mientras abrazaba a mi tía.- Además ustedes jamás me han necesitado! Por qué lo harían ahora?!!- Tío John se unió al abrazo.
-Déjenla quedarse, jamás le hemos hecho daño, siempre hemos procurado su bien estar y   la amamos....-Dijo la tía Madeline. Yo
lloraba en los brazos de mi tía al sentir la insensibilidad de mis verdaderos padres.
-No hay vuelta atrás! nos tomamos la molestia de venir aquí por tí! No, nos iremos con las manos vacías!! -Dijo Camila.
-Pero Señora.... Yo soy muy feliz acá....
-No te quejes, y no se hable más!!!Te vas con nosotros y punto!- Replicó como argumento final mi padre, mi vida en ese momento perdió
todo su color, un terremoto sacudió mis sentimientos, me acababan de quebrantar en mil pedazos el corazón.

        **********
La conversación fue dada por terminada luego de unos minutos, no llegaron a ningún acuerdo, Samantha Salió de la habitación llorando de la mano de su tía, Alejandro la miró y no supo por qué, pero verla así lo hacía infeliz. Llegaron a la Alcoba y empezaron a preparar todo para el viaje.
-Tía, ya no te veré más!! Estaré sola!!Nooooo-SE tendió a llorar en la cama.
-Hija no sabes cómo nos duele separarnos de ti-La abrazó.
-Mamita!! Te amo!! Mamá! mi mamita!! no, no, Mi papito!!! Son mi vida!!no puedo vivir sin ustedes!!!-La desesperación y la melancolía.  Anticipada se hacían evidentes en el rostro de la niña, Madeline, jamás la había visto así, y hasta el día de hoy jamás la había escuchado decirle mamá, así que la abrazó más fuerte.
-Sabes mi niña, siempre tuve miedo de que esto pasara, traté de mantener la distancia contigo, pero toda la vida has sido tan encantadora, que te llegué a amar como a la hija que nunca tuve, sin darme cuenta John y yo nos perdimos en tus ojitos, nuestras vidasno van a volver a ser las mismas sin ti, Mi hija preciosa....
-Siempre seré tu hija!....No me importa lo que digan ellos!! .....
-Siempre serás mi pequeña, Sami- El tío John las había estado observando desde la puerta- Ven acá,-Dijo extendiendo los brazos, la
Chica, quien corrió hacia él y lo abrazó.-Nosotros aunque no procuramos tomarte cariño terminamos amándote, y aceptándote como nuestra hija.
-Preciosa-Dijo la tía llegando donde ellos estaban- Cuando no sepas que hacer, cuando te sientas desesperada, cuando creas que no puedes más, busca en tu corazón, ahí estaremos siempre.
-Te enviaremos cartas, todo va a estar bien, tal vez  hasta te guste vivir con ellos en la ciudad, hija si te hacen algo me lo escribes
y yo personalmente voy hasta la capital por ti.
-Te iremos a visitar para las fiestas cariño.-Dijo Madeline.
-Gracias!! Gracias por no dejarme! En serio irán a verme?
-Claro que si!- Respondieron los tíos al unísono.

      *************

VI
Eran ya casi las seis  de la tarde, y todos fueron bajando poco a poco e instalándose en la sala de estar, en cuánto Samantha bajó, empezaron a llenarla de regalos y de último llegó Alejandro con una canasta de listones azules.
-Toma- dijo extendiéndosela.
Ella la tomó como quien no había entendido.
-Para mí?- Preguntó en su natal idioma. El chico retrocedió y se fue a sentar; ella destapó la canasta y pudo escucharse un tierno maullido- Awww!!! Mira mamá es un gatito!- Dijo mirando a su tía, si, parace que por primera vez había decidido hacerlo.
-Samantha a quien llamaste mamá- la cuestionó su padre, ella miró a su tía, quien le hizo expresión de "ahora no, por favor".
-A mi mamá, a su esposa.
-Entonces por qué miraste a tu tía cuando lo hacías.
-Yo simplemente... La miré en ese momento porque me pareció que se le cayó algo de las manos, solo me distraje, eso fue todo
-Ah, pero pareció otra cosa.... Ten cuidado.....
-Qué pasó?- preguntó el italiano al ver la cara asustada de Samantha, mas nadie le respondió.
Llegó una mucama avisando que la cena estaba lista, todos pasaron al comedor, Samantha llegó de último y le tocó a la derecha de su tío;Quien estaba ubicado a uno de los extremos de la mesa; y justo al lado de Alejandro, cuando ella tomó asiento, él la miró y le sonrió.
Empezaron a charlar:
-Camila, querida cuando planean regresar?- Dijo la tía Madeline.
-Si bueno, estábamos pensando que mañana mismo, pues Ronald dejó unos asuntos pendientes en la capital.
Sobrina, tío y tía, sintieron como todo se les iba de las manos.
-Si bueno, entonces creo hablaremos después de la cena, en privado por supuesto- Dijo el tío John.
-John por qué ese tono tan serio, que piensas hablar con nosotros?- interpeló Ronald.
-Ya lo verán.....
En ese momento El italiano se dio cuenta que Samantha tenía la cabeza baja y no estaba comiendo, le pareció que estaba triste, algo de lo que hablaban  la afligía estaba seguro, pero nadie la miraba para darse cuenta de esto, por la tarde en su alcoba le pareció, preciosa su sonrisa, pero cuando estaban todos juntos ya no era la misma, que le pasaba?.
-Estás bien?-Le preguntó en voz baja. Ella asintiópercatándose de que había perdido la concentración.
Minutos más tarde los mayores se reunieron en el despacho, dejando a los chicos en la sala de estar. Octavio, se retiró, alegando que  le dolía un poco el estómago, quedando nada más aquel chico y Samantha.
-Algo te pasa, puedo verlo.
-Pero cómo...?
-Fácil, esa cara que tienes te delata, además que parece que vas a llorar.-Samantha cerró los ojos, y efectivamente una lágrima se asomó a su rostro.
-Hay algo en lo que la pueda ayudar?
-No, yo simplemente no quiero ir con ellos.....
-Que dices? No quieres ir con tus padres?-dijo el italiano frunciendo el ceño a modo de incomprensión.
-No, yo tengo a mis padres, no me quiero ir de su lado....
-oh ya veo-Alejandro se entristeció y la chica empezó a sollozar un poco.-Tranquila, no creo que obliguen a lo que no quieres.
En eso entró el tío John:
-Pequeña podrías venir?- La chica lo siguió al despacho.

V
Yo también me retiré a mi habitación a tocar el piano, había dejado la puerta abierta, no sé por qué, pero miré hacia ella, y allí estaba él parado  viéndome, usaba otra ropa ya, me habló en perfecto italiano:
-No, perdona, es que yo acabo de salir de mi cuarto y escuché algo, yo no pretendía.....
Le sonreí, al final de cuentas él parecía más asustado que yo.
-Bueno, cuando me darás lo que dices que trajiste?-dije tratando de calmarlo- o ya no te sirve dármelo, porque estoy muy grande para él?
Él se quedó sorprendido:
-No, claro que no eres pequeña para él, te lo traigo espera.-Salió corriendo, al poco regresó con una pequeña canasta, con lazosazules.
-Éste es....
Avancé hacia la puerta, y quité la tela que cubría la canasta..
-WOw! Es un gatito!- Le dije emocionada, tomando el pequeño y adorable gatito entre mis brazos.

Alejandro:
Recuerdo que solo me dijeron que tenían una hija que quería ir por ella y yo les dije que era genial y que si podría obsequiarle
algo, Camila, respondió emocionada que si, y yo salí por la tarde a buscarlo, luego de buscar y buscar, vi ese pequeño gatito y me enamoré de él, así que sin saber, solo lo compré y decidí dárselo a ella. Su madre se horrorizó un poco cuando vio mi obsequio, eso por el hecho de que Octavio le compró una caja de música genial, pero bueno así suelo ser yo, diferente, así que me empeñé en darle  aquello, aunque su madre se empeñara en señalar una y otra vez que su hija era alérgica; y ahora que la observaba con el gato entra sus brazos me sentía satisfecho:
-Entonces, no eres alérgica a los gatos?-Me sonrió y negó con la cabeza.- Bueno es que tu madre me dijo que lo eras.
-Bueno, parece que su instinto de madre esta vez ha fallado- Ambos reímos a esto.
Era tan linda, desde que la ví entrar a la sala de estar, no podía apartar mi mirada de ella, no entendía lo que ellos estaban hablando al principio me pareció un poco asustada, pero ahora actuaba muy natural, y juré que no me entendería, pero ella habla mi idioma mucho mejor que su propia madre.
Cambié de tema:
-Es asombroso, tu voz es hermosa! Tienes un buen italiano -Ella sonrió, y volvió a colocar el gato en la canasta, que yo tenía entre mis manos- Que sucede?- Me asusté pensando que no le había agradado- No lo quieres.
Sonrió de nuevo, dándome confianza:
-Claro que lo quiero, pero nadie sabe que estás aquí, quiero que lo guardes y me lo des delante de todos antes de la cena, esto no me parece correcto.
-Yo no había pensado en eso, tienes razón.
-Bueno supongo que entonces te veo luego -di la vuelta y volví a mi habitación.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Capíitulo 04:Un Nuevo Conocido

IV
Samantha:
Tía llamó a la puerta, abrí.
La abracé.
-Tengo miedo.
-Tranquila, ellos siempre han estado algo locos, pero de seguro que te quieren.
-No tanto como vos me querés....
-Ya ven- tomé su mano y caminábamos, cada paso que deba parecía eterno, pero al fin llegamos, allí sentados, una mujer de cabello rojo, un hombre de cabello negro, y dos chicos castaños, cual de ellos sería mi hermano?
La mujer de rojiza se abalanzó sobre mí en cuanto  me vio, identifiqué a uno de los chicos como mi hermano porque enseguida
y la vez que lo hizo mi padre se paró y vinieron a unirse al abrazo.
-Hija! Tenías dos meses! Eras una bebé, mírate ahora 14 años después! eres todo una señorita!-Dijo mi "madre".
Yo me quedé sin habla, sin saber que decir. Estaba en Shock.
-Ella parece asustada- Escuché al chico que permanecía sentado, en Italiano.
-Mira, es la primera vez que habla el chico- Dijo el tío John. Me ofreció su mano, yo la tomé y él me llevó a sentarme, acto seguido todos tomaron asiento, mi hermano al otro lado de mí.
-Apenas si me acordaba de ti!-La emoción del momento aún lo inundaba.
-Pero Samantha di algo.
-Yyyyy yo no sé qqqque decir.
Ellos rieron.
-Ya se le pasará- dijo mi "padre".
Pasaron las horas allí, yo me limitaba a contestar cundo me preguntaban algo, yo les parecía como una chica que no reunía mucho conocimiento, y aprovechaban para presumir cada detalle que les parecía que yo desconocía; como por ejemplo el italiano del tal Alejandro.
-Él es Alejandro, no podrás hablarle mucho, pues habla italiano- Dijo mi "madre", en tono burlista.
Ellos sabían que mi tío John era hijo de un rico empresario, quien murió y le dejó todo a su único hijo, pero ignoraban que el tío Jonh fuera de ascendencia italiana, él me había enseñado lo mayoría de cosas que sabía, y entre ellas el italiano estaba incluido, me di cuenta que mi madre no lo hablaba muy bien, mientras le decía a Alejandro quien era yo, este último solo asintió, desde su asiento y dijo:
-Oh es ella? Puedo darle su regalo?
-Samantha querida, en cuánto le contamos sobre tí y le dijimos que vendríamos por ti, salió de la casa y regresó con un regalo para tí.
Yo asentí, y él me miraba y expresó:
-Pero yo pensé que era una niña....
-Bueno querido ella es nuestra niña, solo que creció.-se volvió a mí y dijo en el idioma natural:- hija yo le dije que presentía que eras alérgica, una madre siempre sabe, pero él insistió.
Lo miré él sonrió, yo le sonreí tímidamente, parecía más que convencido de que yo tampoco lo entendía. Henrick llegó señalándole al tío John que los cuartos ya estaban preparados.
-Bueno me acaban de informar que ya está listos los dormitorios, si quieren seguir a Henrick, podrán irse a instalarse y relajarse un poco, y bajan a cenar a las seis si gustan; acto seguido todos se levantaron y siguieron a nuestro mayordomo.



domingo, 11 de septiembre de 2011

Capítulo 03: El regreso.


III
Una semana después:
Uno de estos días debían llegar mis padres, no precisábamos cuando, pero sí que debíamos estar alertas.
Ese día bajé al jardín del frente con una canasta para recoger algunas flores; eran tantas y de tantos colores que solo miraba sin saber cuál escoger, en eso, escuché un algo, parecían las ruedas de varios carruajes y personas hablando, alcé la mirada hacia el camino, en efecto podrían ser cualquier gente, pero estaba más que segura, mi corazón me lo decía debían ser ellos, corrí hacia dentro de la casa, y seguí hasta el cuarto de costura de mi tía.
-Tía! Tía! -Entré gritando.
-Hija pero que pasa, porqué estás tan sobresaltada?- dejó sus telas y se paró frente a mí, yo la abracé fuerte.
-Tía! son ellos vienen por mí! -dije entre llanto- acabo de verlos ya llegaron.-Ella se separó de mí y su voz se tornó cariñosa.
-Querida, solo tranquilízate, vamos a ser fuertes, después de todo no sería malo verlos y pues algo haremos te lo prometo.-la volví a abrazar.- Ahora ve a tu recámara a arreglarte un poco, mientras yo voy a recibirlos.
Le hice caso, entré a mi pieza y cerré la puerta, allí estaba el piano, me senté y toqué con mi mano derecha la escala de do a do, me quedé mirando las teclas, no me sentí mejor en realidad pero ya no estaba tan alterada.

Fuera:
Dos carruajes se detenían  frente a la enorme casa de los Jurman, los viajeros empezaron a bajar,
-Dios mío, había olvidado el tamaño de esta casa!- Dijo una mujer de cabellera roja.
-WOw! vaya mamá, si es grande!- Decía un muchacho castaño de unos 17 años- Yo jamás vine aquí!
En eso la puerta del frente se abrió, John salió acompañado con el mayordomo a recibirlos:
-Veo que traen una gran diligencia! Dos carruajes?
-Si bueno, la necesidad lo ameritaba.
John por un segundo hizo cara de "gente absurda":
-Henrick encárgate de acomodar a los sirvientes de los señores, mándame un par de doncellas a la sala de estar.
-Si señor-El mayor domo se acercó a los sirvientes recién llegados y los llevó dentro de la casa, cargando todos  maletas.
John volvió a ver a su cuñada:
-Bueno que les parece si pasamos,- en ese momento venía saliendo Madeline.
-Querida!-dijo la mujer de tez blanca y cabellera rojiza.
-Camila!
-Madeline no sabes lo entusiasmada que estoy de verte!! Los hemos extrañado tanto!!
La tía, hizo casi caso omiso a las palabras de su hermana:
-Este es Octavio? que grande que está! y éste? éste quién es?-Preguntó, al ver a un chico aparte.
-Ay querida, este es Alejandro! Mi esposo trabajó como contador para la empresa de su padre, es una familia  tan buena!
En cuanto les dijimos que queríamos volver transfirieron a Ronald acá, y pues  él- señalando a Alejandro- lo han mandado con nosotros, para que aprenda el idioma y gane experiencia dentro de la compañía de su padre.
-Para que aprenda nuestro idioma? y que idioma habla?-Preguntó Madeline.
-Italiano.
-Y cuántos años tiene?-preguntó John.
-18.
El Chico, quien parecía no entender lo que hablaban, miraba absorto hacia dentro de la casa.
-Bueno pasamos ya?- Preguntó el un hombre de cabello negro, en resumidas palabras el esposo de Camila.
-sí.
Se dirigieron dentro de la casa y llegaron a la sala de estar.
-Deben estar hambrientos y cansados,-señaló el tío John, las doncellas recién llegaron y les encargó algo para picar mientras estaba la cena.
-Hermana! no sabes cuántas ganas tengo de ver a mi hija! dónde está?
-Si debe haberse distraído,  esque está un poco nerviosa, debe ser normal.
-Naturalmente- dijo Ronald.
-Voy por ella, tomen asiento.
Madeline se dirigió hasta la alcoba de su sobrina.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Capítulo 02: La Carta

II
Escuché a mi tía precipitada llorando por el pasillo, dejé de tocar y en ese instante la puerta se abrió, detrás de mi tía Madeline venía mi tío detrás suyo, ella traía lo que parecía traer una carta entre sus manos, ella me miró, y mi tío la abrazó desde atrás, me acerqué y tomé su mano:
-Por qué lloras tía?
-Querida Samantha, lee esto.-Tomé la carta, me senté en mi cama y la comencé a leer en voz alta.-"Querida Madeline, sé que hemos estado mucho tiempo fuera, tuve una cirugía de la cual me recuperaré en años posteriores, al final, Ronald se dio cuenta que aquí podría ganar mucho más dinero que allá, así que nos quedamos a reunir unos cuantos fondos, para costear el viaje de regreso y poseer algo para vivir acomodadamente en nuestra querida patria, ya hace unos días que regresamos; hermana  no encuentro la manera de agradecerte el que hayas cuidado de nuestra Samantha; pronto iremos por ella, no podemos esperar por traérnosla a vivir con nosotros, así que pronto estaremos por allá, esperando ser recibidos en tu casa, se despide tu hermana
Camila".
-Es una carta de mi madre?- pregunté elevando la miranda hacia mis tíos, el tío John asintió,- Quiere llevarme con ellos!-me levanté y abracé a mi tía- Tía yo no iré con ellos! Me quedaré contigo! No podría vivir sin ustedes!-De mis ojos empezaron a brotar lágrimas, me encontré llorando y no me podía contener- No, mi única madre eres tú! Tu eres mi mamá!! Te quiero a tí, los quiero a ustedes, no me iré!, no me iré!
-Samantha... -Mi tío me abrazó- no llores, no hay nada en mundo que me duela más que verte llorar! Ya, ya pequeña, debemos encontrar  la manera....
-Hija, quieres permanecer con nosotros?.-Preguntó mi tía.
-Para siempre tía Madeline-no abrazamos los tres, éramos una familia.
-Pequeña Sami, prometo hacer lo que esté a mi alcance para que te quedes con nosotros, quizá, si hablamos con tus padres, puedas quedarte, además que nosotros podemos proveerte un mejor estilo de vida -Decía el tío John tratando de tranquilizarnos, jamás lo había visto tan mal, tan triste, sin duda si me llevaban, la familia que habíamos construido en 14 años los tres juntos se podría derrumbar en segundos.


martes, 2 de agosto de 2011

Capítulo uno: Viviendo en Casa del Tío John.





I
Parecía un día cualquiera, yo dormía, siempre ha sido la forma en la que se gasta el tiempo sin sentirlo, así que con el pasar de los años, me había vuelto lo bastante buena para esto, acababa de despertar, miré el reloj, 4:30 no sabía que hacer ya, podría ir a la pequeña biblioteca ubicada  en la sala por un libro, pero no, no quería leer, mi día pronto terminaría.
Este era el lugar más alejado del mundo, una zona aún más que rural, el pueblito más cercano quedaba a algunos muchos kilómetros, me acostumbré a estar sola, de niña jugaba sola, e hice de la lectura uno de mis hábitos más notables.
Mis tíos personas maravillosas me habían acogido en su casa desde que yo tendría uso de razón, no recordaba más padres que ellos,  sin embargo los míos no estaban muertos, aunque no los conozco, sé que existen, mi tía me contó que yo pasé a vivir en su casa desde  los dos meses de edad, dice que tengo un hermano tres años mayor que yo, que no vivo con ellos porque mi madre enfermó y mi padre al ver que tenía que cuidarnos a mí y a mi hermano, y que no podía con todo él solo, un día llegó sin avisar, llamó a la puerta y  allí estaba conmigo rogándole a la hermana de mi madre que me cuidase, a los días llegó una carta diciendo que viajarían al extranjero donde pudieran tratar la enfermedad de mi madre, y desde entonces jamás tuvimos noticias de ellos. Ahora catorce años después aquí estoy, tengo curiosidad de conocerlos, pero creo que hicieron su vida y se olvidaron de mí.
Los pensamientos inundaban mi mente y me agobiaban, mi tía decía que dentro de unos dos años debían buscarme un  buen pretendiente, pero cuando ella abarcaba el tema yo buscaba el  modo de escabullirme, y últimamente se me estaban acabando las estrategias,  pues este tema se había vuelto  el más importante de un momento a otro, en este momento agradecía que ella estuviera ocupada, mi tío John le había conseguido una máquina de coser nueva y pasaba todas las tardes con ella.
Me levanté y me dirigí al piano que  estaba justo al centro de la pieza, que hermoso era, esto me hacía olvidar todo lo que albergaba mi mente, me transportaba a otro lugar, el tío John me había enseñado desde el día en que yo a los seis años me senté a escucharlo tocar, él se dio cuenta que me causaba una fascinación tal, que valía la pena que aprendiera, hacia alrededor de un año más tarde sacó un viejo piano blanco empolvado del sótano e hizo que lo limpiaran y lo llevaran a mi habitación, estábamos terminando de almorzar, cuando el tío John me dijo que fuera a buscar los guantes de invierno, porque saldríamos a dar un paseo, yo subí y al abrir la puerta lo encontré ahí, me emocioné mucho al verlo, así que corrí hacia él, era hermoso, me di cuenta que mis tíos me observaban sonrientes, tío se acercó a mí y extendiendo su mano derecha hacia el piano me dijo: “ahora este es tu piano". Fue uno de los días más felices de mi vida.
Quería mucho a mis tíos yo era su única hija y ellos mis únicos padres, ellos eran jóvenes, pero nunca habían podido concebir, se amaban y por eso permanecían juntos, mi tía lloraba porque no podía quedar embarazada y yo llegué como un hermoso regalo, nunca los he llamado papá o mamá, porque me acostumbraron a llamarlos tío y tía, supongo que no querían apegarse mucho a mí,  pues no querían ilusionarse, pero ya tanto ellos como yo nos adoptados, ya estaba hecho y no había vuelta atrás, los amaba y ellos a mí, yo había pasado a ocupar un lugar importante en sus vidas.